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Por discriminación expulsan del colegio a una estudiante porque su hermana es modelo webcam

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Por discriminación expulsan del colegio a una estudiante porque su hermana es modelo webcam

Uno de los mayores temores con el que se enfrenta una modelo webcam, o aquella que está pensando en serlo, es con el señalamiento o estigma social. Y es que la sociedad se ha encargado de crear ciertos «lineamientos» que “deben ser cumplidos por todos”, estos, aplican y se interponen incluso en  la forma de vestir, de pensar, de trabajar, entre otros factores personales y cotidianos.

Precisamente, este es el caso de Jessica, una modelo paisa de 20 años, quien ingresó a la industria a los 18, y por un par de meses, tratando de evitar el señalamiento social, se ingenió la manera de “llevar una doble vida” frente a su familia.

Justamente, según explica la psicóloga  Jeimy Salas, cuando alguien hace algo que “rompe” la norma social y culturalmente aceptada, inmediatamente empieza a ser recriminado, señalado y estigmatizado por aquellos que a menudo discriminan a quienes no comparten su estilo de vida, lo que quizá era el mayor miedo de esta joven.

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Contra su voluntad,  Jessica, se matriculó en la universidad para cursar un pregrado de comercio exterior, pero,  lo llamativo para ella era el arte. Un día decidió que para hacer lo que le agradaba debía conseguirlo por sus propios medios, abandonó la universidad e ingresó a un empleo donde devengaba el salario mínimo.

Mi primer trabajo fue de cajera, no duré mucho porque no me daba para lo quería,  solo me alcanzaba para sobrevivir”, comenta Jessica. En ese entonces, gracias al contacto con una persona de la industria  ingresó  a un estudio webcam en Bogotá, en el cual laboró por un mes,  luego decidió volver a trabajar en Medellín, donde se encontraba gran parte de su familia, lo que le generaba cierta intranquilidad y le recordaba que algún día tendría que enfrentar dicha situación.

En este caso, “vemos como en nuestro país, y aún en diferentes partes del mundo, sigue existiendo un «miedo» a lo diferente, acompañado por la poca tolerancia y respeto a aquello que se configura de esa manera”, explica la psicóloga.

Por otra parte, se encuentra el hecho de que Jessica siempre ha visto a su padre como un hombre muy rudo, un tanto duro y machista. Su primer salario fue de unos 5 millones de pesos, este creció con el pasar de los meses y también la sospecha entre los suyos. La primera en enterarse fue su mamá, ya llevaba 6 meses en la industria, y de acuerdo con  lo que comenta la modelo, asimiló la situación con mucha naturalidad.

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Luego su hermana menor, de 14 años, se enteró de la noticia por un familiar cercano e hizo saber en el colegio que quería ser como su hermana, lo cual llamó la atención de los docentes e involucró a los padres de las jóvenes, generando así un problema de grandes dimensiones, incluso con la institución educativa. Después de eso,  la incomunicaron con su hermana, señalándola de ser un mal ejemplo. Y, a la hermana, la expulsaron del colegio por tener ese “tipo de hermana”.

Aunque con su padre habla poco, debido a que actualmente la situación sigue tensa, Jessica lleva una gran relación con su hermana menor  y para ella, el ser modelo webcam es algo que le ha cambiado la vida.  Además hablar del tema, incluso con personas no tan cercanas, ya no le genera problema alguno.

Y es que esto es algo que no solo vive nuestra Jessica, pues, este tipo de actividades, que se caracterizan por no encajar dentro de los campos laborales convencionales, se convierten de cierta manera, en actividades vulnerables de crítica y estigmatización.

Y es que en Colombia, las personas que viven su vida bajo estándares y actividades no convencionales, a menudo, se ven obligados a esconderse,  a aparentar, situación que se convierte en una seria amenaza para su salud mental, puesto que se genera la necesidad de vivir con mentiras al detalle para no ser «descubierto», desarrollando un estado de cierta manera paranoico, las capacidades de estas personas para enfrentar situaciones pueden verse afectados, traducidos en un constante temor a ser rechazados y señalados, finaliza la especialista Salas.

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