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El Origen: Modelos Webcam

Medellín

Lalexpo

El Origen: Modelos Webcam

Conferencia inaugural Lalexpo 2015. Primera parte.

Un Bus rondaba la ciudad de Medellín. Y así  quizás comenzó el modelaje webcam en Colombia. Hasta donde recuerdo, más o menos hace unos 12 años, el primer estudio que hubo en Medellín era un bus que se la pasaba dando vueltas por toda la ciudad con un internet satelital. Como era un negocio tan nuevo, nadie se atrevía a tener una casa física para montar un estudio por temor a la policía. No existía entonces un marco legal para este tipo de actividad. Nadie sabía lo que hacía.

Paralelamente conocí  “San Pablo Barra Show”. Un burdel de baile al que le cambio el nombre para no herir susceptibilidades. Aún existe. Allí tenía una muy buena amiga trabajando. Era una mujer supremamente hermosa, inteligente, de una personalidad arrolladora. Una noche pasando por ahí decidí ingresar al sitio para conocer. La sorpresa que me lleve fue enorme. Entrando al lugar, y mirando de soslayo hacia el fondo, en medio de las luces tenues, veo una mujer vestida de color blanco simulando ser una enfermera. Ese día era el remate de la Feria de las Flores. Toda la ciudad estaba alborotada aunque mi amiga se veía marchita. Innumerables grupos de hombres rodeaban a las chicas en manada. Veía cómo los machos las trataban de una manera morbosa. Ellas pasaban por ahí, les tocaban las nalgas, les lanzaban palabras soeces mientras las manoseaban. Algunas parecían divertirse, se sentaban a beber en sus piernas y reían. Veo a mi amiga en el fondo del salón, sentada cabizbaja. Aprecié algo en el fondo de mi corazón. Sentí pena al verla. Yo la quería mucho y sabía que ese no era el lugar para ella.

Meditando en ese escenario deprimente para mi amiga quise ayudarla. Lo primero que se me ocurrió fue montar una página de acompañantes internacionales, que sólo atendieran en los mejores hoteles de la ciudad. La situación fue muy difícil, tratar de encontrar chicas que se vistieran bien, se expresaran correctamente y que supieran caminar, no fue fácil. Sin embargo, con ayuda de mi amiga, logré encontrar en su Universidad algunas mozas para iniciar.

Comenzamos a trabajar. Meses después un extranjero solicitó un servicio muy peculiar, conocido en Colombia y el resto del mundo como las modelos “Chimbas”. Mujeres operadas de pies a cabeza; entre más cirugías tuviera más costosa era la diva. Sabía dónde encontrarlas. Fui a la discoteca de entonces llamada “Lulos”, también cambiando el nombre para no herir corazones. Y rápidamente fue creciendo la “Empresa”. Por situaciones del destino conocí grupos de hombres que solían hacer fiestas en fincas en cualquier lugar del territorio nacional. Fiestas de semanas. Me enviaban sumas considerables de dinero, y mi trabajo era remitir a “Las Chimbas” a las fiestas. Las festividades eran fuertes y no faltaba el licor y las drogas. Cuando las chicas contaban sus historias, y lo extremas que en ocasiones eran, me quedaba cavilando. Este tipo de negocio no era el correcto. Comencé a buscar otras opciones.

¿Recuerdan la historia del bus? Después de meses de dar vueltas una y otra vez por todas las calles de Medellín, finalmente parqueó. Y así se fundó el primer estudio de la ciudad de Medellín. Un edificio de cuantiosos pisos, semejante a una colmena. A este lugar comenzaron a llegar modelos a granel.

“Sin Tetas no Hay Paraíso”. Hubiera podido escribir la novela Sin Tetas No Hay Paraíso mucho mejor que su autor original. Inmerso en el mundo de las prepago conocí todas sus dificultades, riesgos y peligros a los que se veían expuestas. Si bien en ocasiones hay varones que las tratan amablemente, también es cierto que en muchas ocasiones se ven involucradas en situaciones demasiado peligrosas. Común era que un tipo saliera lanzando disparos al aire a la madrugada para que todas las chicas se tiraran a la piscina, amenazándolas con herirlas si se resistían. Todo el conjunto de sucesos me hizo reflexionar. No quería más este “trabajo”, demasiados riesgos y no quería exponer la vida de mis “empleadas”.

Continuará…

 

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