Un estudio en Venezuela

El estudio quedaba en San Cristóbal, capital del estado de Táchira. Un millón de personas habitan esta localidad que tiene un tamaño y clima similar al de Pereira.  Es conocida en el mundo como “La Ciudad de la Cordialidad” por la gran amabilidad que caracteriza a su gente.

La casa estaba ubicada en la mitad de una calle residencial. De bajo perfil y nadie se percataba de lo que sucedía allí. La vivienda era grande y con 5 habitaciones divididas para dos modelos. Un mamparo separaba a la una de la otra.  Y las chicas jóvenes, y con urgencia enorme de conseguir trabajo, asistían al lugar. Una pequeña inducción a las aspirantes explicando cómo encender el computador y ver a alguna de las modelos emitiendo. No más de 30 minutos, algunas fotos, un perfil improvisado y comienza la conexión.

Tenían 3 turnos, uno en la mañana, otro en la tarde y el último en la noche.  Emitían en varias páginas  la vez. Y los clientes, ávidos de latinas nuevas, atiborraban sus salas. Nunca se habían visto venezolanas en la página. La categoría “Latinas” en un 95% lo conforman colombianas. Las venezolanas llamaban mucho la atención por su belleza. Eran exóticas y llovieron los privados, los tips y los corazoncitos durante sus horas de conexión.

A cada modelo le pagaban su número facturado de dólares por 5 Bolívares. Es decir, 1 dólar era el equivalente a 5 bolívares, aunque el precio oficial por cada dólar era de 59 bolívares. Una modelo en promedio facturaba 1.000 USD por semana así que le entregaban  5.000 bolívares. Dando un ejemplo en pesos colombianos es como si por 1 dólar te entregaran 30 pesos, es decir, por mil dólares te pagarían 30 mil pesos. Con una moneda devaluada, y la inflación por las nubes, en un país donde no se conoce nada de webcams resultaba fácil aprovecharse de la situación.

El quid del asunto: A las modelos les pagaban el 10% de lo facturado. En promedio cada modelo generaba 4.000 USD mensuales así que recibía 20.000 bolívares. Y por 30 modelos, esto era igual a 120 mil dólares. Las modelos recibían 12 mil dólares y el estudio se quedaba con 108 mil USD. Explicándolo en pesos colombianos, con nuestro cambio del dólar actual a 3 mil pesos, las modelos recibían 36 millones de pesos y el estudio se apoderaba de 324 millones de pesos. El robo más grande de la historia webcam.

Como referencia, en Venezuela la inflación es tan alta que quitaron todos los ceros para que mil bolívares se convirtieran a 1BSF, o sea 1 Bolívar fuerte. Eran tantos los ceros que ya no cabían en los billetes. Para que se entienda mejor: con el bolívar devaluado para el mercado de un mes se necesitarían 600 millones de bolívares pero como quitaron los ceros ahora sólo se requieren 60.000 BSF (bolívares fuertes). Una cifra tremendamente escandalosa. Y el bolívar aun sigue devaluado.

¿Y qué pasó? Cada vez que un cliente tocaba el tema de las ganancias con la modelo conectada, los vigilantes encargados los sacaban de la página. Las tenían completamente controladas para que no conocieran la realidad. El negocio era completamente nuevo en el país y para ellos era muy fácil dominar para robar. Pero no hay nada oculto bajo el sol, y un día el sistema de monitoreo falló y una modelo conoció la verdad. Un año después, entrando el 2014, un cliente de MFC le explicó a una modelo sobre los costos, lo que pagaba la página, le pagaban a ella, y la modelo atónica aplicó matemática, y calculadora en mano se dio cuenta de la gran estafa. Les contó a todas. Se armó la revolución, el estudio cerró y el dueño huyó.

Por casualidad conocí a la modelo venezolana de esta historia y lo único que se me ocurrió fue escribirla para ustedes. Y debemos sacar una moraleja: No robar como dicta el séptimo mandamiento. Aprenderlo de memoria y grabarlo con fuego sobre nuestras frentes porque, si robas, tu empresa jamás prosperará.

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