Connect with us

Descubrieron que era modelo webcam y la matonearon

Alejandra

Capacitación Estudios

Descubrieron que era modelo webcam y la matonearon

Alejandra es muy popular en las redes sociales. A sus 19 años fue toda una sensación, una Kardashian colombiana. A esta joven, de familia humilde, la farándula y la fama la tomaron por sorpresa en Internet. Un día de sol y trajes de baño, tomándose fotografías con sus amigas las publicó. Su cuerpo destacaba. Lucía delgada dibujando sus curvas con su cuerpo de guitarra. Las fotos rodaron en las redes y rápidamente en Facebook alcanzó cinco mil seguidores. Instagram fue más vertiginoso, nueve mil seguidores fanáticos de sus imágenes. Siguió publicando. Sus familiares la seguían, sus amigos la perseguían, y desconocidos que van y vienen en las redes la comentaban.

Pasaron los meses y por avatares del destino, y una situación económica difícil en casa, decidió trabajar como modelo webcam. Sin decírselo a conocido alguno emprendió magna labor. El software de la página facilitó el anonimato y, bloqueando su país de origen, tranquila quedó. Pensando que nadie la vería comenzó.  Y como era de esperarse fue un éxito en la página.  Su perfil, su gracia, su encanto y sonrisa trastornaron a todos. Cada visitante gastaba lo que tenía. Sus bolsillos se llenaron pronto. Regalos para la familia. Nevera, lavadora, sala y comedor a la moda, tapetes, cuadros y todo adminiculo decorativo fueron llegando a casa. Auxilió la dispensa mes a mes comprando los víveres de la morada. Pagó las deudas de su papá. Sus hermanos se vieron beneficiados, sin problemas continuaron estudiando. Todo era color de rosa, la vida perfecta, ganaba mucho dinero y su familia nunca preguntó, solo con sonrisas y agradecimiento todo lo recibió.

Día de cine. Su novio la acompaña. Crispetas, bebidas e ingresan a ver la película. Apagan sus teléfonos y comienza la función. Pasan dos horas. Terminó la cinta. El primero en encender el teléfono fue su novio. ¿Y con qué se encuentra? Una notificación en Facebook. Revisa su muro, los comentarios incisivos saltan a la vista. Segundos después mira despectivo a Alejandra y pregunta, ¿qué es esto? Ella se asusta. No comprende la mirada aunque en el fondo de sus entrañas intuye qué se avecina. Percibe el vértigo, las náuseas le nublan la palabra. Alejandra siente que se va a desmayar. Su novio vocifera frases incomprensibles. Iracundo manotea. Todos a la salida del teatro miran. El varón da media vuelta y se marcha. Ella queda sola, llorando.

Llega a casa. Su familia no le dirige palabra. La ignoran. Y el silencio lastima el corazón de Alejandra. Ella sólo quería ayudar en casa. ¿Por qué no me hablan? ¿Es tan terrible lo que hice? Formula preguntas sin respuesta. Deprimiéndose en su habitación se encierra. Llora profundamente desconsolada. De vez en cuando mira en su teléfono el video delator. De tierras remotas, país lejano,  la grabaron y el secreto se divulgó. En el fragmento se ve a sí misma sonriendo y jugando con su mirada, continúa bailando y, minutos después, se desnudaba. Abre las piernas coquetas, algo se toca entre los muslos, juega un poco con los dedos y… acaba el video. Nueve minutos bastaron para destruir su reputación.

Eliminar un video toma tiempo y, mientras lo borran, apliquémonos a la matemática. De quince mil fans en sus redes mil seguidores lo vieron y compartieron a diez amigos. Y estos diez camaradas lo compartieron otras diez veces más. Multiplicando, estas imágenes mínimo la vieron cien mil personas en sólo un par de horas. Y bastó ver la estadística del video al día siguiente para notar doscientas treinta tres mil reproducciones, y en cada segundo ascendiendo. Fue un video viral, no era para más. Recordemos que Alejandra, con su encanto y belleza, siempre enloqueció a todos. Y de este matoneo en las redes amarillistas no se salvó.

Su abuela no hace búsquedas en Internet. No tiene Facebook y desconoce la tragedia. Hijos y nietos para evitarle un infarto no hacen comentario. Alejandra la visita. La abuela la nota lúgubre y atormentada. Alejandra se suelta en llanto aunque no libera palabra. La abuela pregunta qué pasa. Alejandra sólo la abraza. Y la abuela, consolándola, dictamina: “Te están haciendo brujería mijitica…”. Se dirige a la cocina y mezclando Pony Malta con sal le da a beber esta mezcla extraña. Cariñosamente extiende la copa a la nieta quien la ingiere sin objetar. Horas después Alejandra es recluida por intoxicación. La ancianita es agraciada pero su ignorancia no tiene perdón.

Después del lavado intestinal, y sosegada por el descanso obligado, Alejandra tiene tiempo de meditar. No ha hecho nada malo. Trabaja como modelo webcam porque le gusta. Se siente halagada cada vez que le ofrecen palabras encantadoras y bonitas. Nunca se lo dijo a nadie pero a pesar de las buenas notas alusivas a su belleza poseía problemas de autoestima y, emitiendo por webcam, se sintió mejor con ella misma. Su terapia psicológica fueron los cientos de comentarios positivos que recibió.

Reflexiona y recuerda que en un par de horas llega a hacer diez mil créditos, equivalentes a quinientos dólares, muy buen dinero para un día de trabajo. En dos meses recibía esa misma cifra ocupando una caja del supermercado regional. Ahora gana lo mismo por día. Y tiene metas, comprar su apartamento, y terminar de pagar el carro que le entregarán el próximo mes. Y resuenan en su mente las palabras de agradecimiento de su familia, cuando con sonrisas agradecían llenar la dispensa de la cocina, y todos los obsequios que para amoblar la casa con amor ella entregó.

Su familia le dió la espalda. No le hablan e invisible se hizo para ellos. Su novio la abandonó cuando expresó dejar el trabajo si él le ayudaba con los gastos de la casa. No tenía sino carita bonita porque el susodicho se indignó y dándose media vuelta, con desprecio, se alejó. Sus amigos morbosos la atacan por ser una cualquiera. Se creen santos porque seguro nunca se han hecho una paja. La abuelita por ignorancia casi la manda al cielo. Y los únicos que la anhelan, la recuerdan y la esperan, son sus fieles clientes de la página.

¿Conclusión? Arrolla con tu auto nuevo a todo el que te mencione el caso. Y guapea la vida como lo vienes haciendo, no es fácil pero continua adelante. Te ganas tu manutención con tu cuerpo, haciendo arte y ofreciendo entretenimiento. No le haces daño a nadie. No te culpes. Y deberían entregarte un premio por ayudar mental, espiritual y psicológicamente a todos aquellos a quienes ayudas a seguir con sus vidas aburridas porque tú sólo les das una sonrisa, y un poco de tu sensualidad y coquetería. Ánimos Alejandra. Sigue adelante. Las buenas personas te apoyamos y por ti oramos. Bienaventurada seas. Dios que venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad. Amén.

 

Artículo relacionado: Derechos de Autor 

 

Videos relacionados:

 

Modelos Webcam 7 Día Canal Caracol – 2015
Detrás de Cámara 7 Día Canal Caracol – 2015
Conferencia Modelos Rumanas Vs Colombianas
Programa 7 Día Canal Caracol – Modelos Webcam
Caracol Radio – Entrevista Carolina Bermudez 

 

Más en Capacitación Estudios

 

 

Lo más leído…

Etiquetas

 

Arriba
Conversa con Nosotros
Enviar