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Ser una camgirl en Venezuela, una carrera para salir de la crisis

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Ser una camgirl en Venezuela, una carrera para salir de la crisis

Venezuela, un país de riquezas y majestuosidad hoy es azotada por la mayor crisis de su historia contemporánea, evidenciada en anaqueles vacíos, inflación, pobreza e inseguridad.

Allí en ese lugar que contrasta bellos paisajes y colas para comprar alimentos se encuentra una modelo webcam, su nombre es Yllen, vive al oeste de Caracas.  Ella saca su portátil, conecta la cámara, espera la llamada de algún cliente y comienza el show. Hace “porno suave” así le denomina. Su show no contiene desnudos o penetración.

La fuerte devaluación  que vive la moneda venezolana, la impulsó a tomar la decisión de estrenarse ante cámaras como “La diva erótica”, aunque confiesa a Playground que hasta hace poco ni siquiera conocía que existía el oficio; tiene 48 años, una edad inusual en el negocio. “Muchos, no te vayas a creer, las prefieren de mi edad”, afirma.

Otra de las razones para haberse convertido en camgirl, es que pronto ella también pasaría a engrosar las cifras de desempleados en el país. Ella es productora audiovisual de amplia trayectoria y bailarina de danza árabe que pasó de tener 400 alumnas a enseñarle solo a cuatro.

Se calcula que la tasa de desempleo oscila en un 8,4% según la Organización Internacional del Trabajo sobre Venezuela para el 2017,  producto del daño ocasionado al sector empresarial, donde no existe seguridad jurídica, libertad económica o privada, lo que ha propiciado que haya mayor desocupación, menos ofertas de empleos y salarios. Debido a esto, Yllen encontró en el modelaje una oportunidad para sortear las dificultades económicas.

Ser modelo en Venezuela tampoco es sencillo. En el país no hay demasiados estudios dedicados a este arte, y es fácil deducirlo, teniendo en cuenta que el Internet es intermitente y la velocidad de navegación es la más lenta de la región, algunos optan por Internet satelital o emplear un modem USB 4G, que se termina en un cerrar y abrir de ojos, pero aún con estos obstáculos ser una camgirl es una de las opciones viables y seguras para obtener divisas extranjeras.

El dólar aumenta diariamente, debido a la devaluación. En un mes un dólar puede duplicar su costo por lo que contar con este dinero es mucho mejor que ganar bolívares, Yllen ofrece sesiones de 10 minutos de Skype a ocho dólares, eso equivale a 134 mil bolívares en el mercado paralelo, cifra que puede cambiar drásticamente.

El salario mínimo de un venezolano es de 250.531 bolívares, de los cuales solo 97.531 es dinero en físico y el restante corresponde a tickets de alimentación con los que se adquiere comida. La canasta básica familiar oscila en los 1.738.150,55 bolívares según el Centro de documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros Cendas-FVM hasta hace poco, por lo que para pagarla una persona requiere de más de 6 salarios mínimos. Lo que hace que cobrar en dólares haga la diferencia.

“No te creas que hacemos mucho dinero. Yo reuniré en torno a los 130 dólares al mes. Te da para comprar comida, pagar gastos, y poco más. Pero es mucho más de lo que está ganando la gente en este país”, admite la modelo, que solo trabaja a través de Snapchat.

Una modelo promedio en Colombia puede ganar de 3 o 4 mil dólares, lo cual es una gran diferencia en cuanto a lo alcanzado por Yllen quien no se dedica tiempo completo a transmitir desde una página, y la pésima conexión también le dificulta la tarea.

La camgirl comenta, que  además de ganar en dólares la ventaja de la webcam es la seguridad, pues no están expuestas a ser tocadas por nadie a la hora de desnudarse, por lo que según ella cada día hay más mujeres y hombres dedicados a este oficio.

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