Salud y Belleza
¿Es malo no lavar mis juguetes sexuales?
Casualmente se te olvido lavar tu dildo después de usarlo porque quedaste agotada luego de una sesión intensa de placer. Dijiste que lo limpiarías luego, pero se te olvidó y lo dejaste en el cajón.
Es posible que hayas pensado que todo eso que dicen acerca de infecciones sea mentira porque a ti nunca te ha pasado nada. Así de que vez en cuando lo lavas porque estás ocupada haciendo otras cosas, pero… ¿Realmente es malo dejar de lavar mis juguetes sexuales?
La respuesta es sí, definitivamente debes hacerlo antes y después de usarlos. La falta de aseo puede ocasionar graves infecciones que pueden prohibirte varios días de transmisión. Por lo que una buena higiene ayuda a mantener su vida útil y tu zona genital sin problemas.
Aunque no lo creas un juguete sin lavar junto con otros, hace que los hongos y fluidos contagien a los demás dildos de bacterias. Es importante saber que las zonas genitales están colmadas de bacterias y hongos que ayudan al equilibrio natural de tu zona V, y un desbalance puede provocar infecciones en la orina, candidiasis o incluso más peligrosas como el E. Coli, en caso de practicar el sexo anal.
Es un poco irresponsable pensar que no haberse contagiado de alguna infección es cuestión de suerte. Las probabilidades siempre estarán ahí, solo que no sabemos cuándo nos tocará. Esta situación es similar a cuando vamos en el metro y luego de poner nuestras manos en cualquier lugar, lleguemos a casa y cogemos un pedazo de pizza o una hamburguesa sin lavar las manos previamente.
Puede que no pase nada o puede que te contagies de algún virus. El punto es que nunca tendremos la certeza de que pasará algo. Esto pasa exactamente igual con los juguetes sexuales y si los dejas sin lavar, después será peor, ya que los fluidos crean una capa en el dildo que es más difícil de quitar con los días.
Afortunadamente, existe una gran variedad de productos dedicados a la higiene de los juguetes sexuales. O también, lo que se recomienda normalmente, es lavarlos con agua y jabón justo después de usarlos.
Esta práctica siempre debe estar presente, como un hábito. Así cuidarás de ti y de tus fieles compañeros de placer.
