El «Amo» de mis orgasmos

Soy una mujer que la mayor parte de su vida la ha pasado sin sentir un orgasmo, siempre me consideré  frígida, pero un buen día, todo cambió.

Me encontraba en el festival BDSM (Bondage, disciplina, dominación y sumisión) de mi ciudad, me disponía a pasear por los pasillos de aquel bar junto con mi alter ego de «Ama», caminaba de manera sensual pero imponente con la fusta en la mano; tuve un reflejo y noté que alguien me observaba, giré y lo miré. Ahí estaba, con mirada profunda , sentí de inmediato esa energía y atracción sexual por él, me acerqué y al darme cuenta que también ejercía el mismo rol, pues era «Amo», me retiré y caminé hacia el baño.

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Cuando me alejo e ingreso al baño, me doy cuenta que venía por mí. En ese momento sentí timidez y la verdad no sabía qué hacer, aunque la excitación me invadía. Ya ambos de frente, dentro de un baño público, nos dejamos llevar por las miradas, no hubo palabra alguna.  Recuerdo muy bien su aroma, cigarrillo mentolado, me daba pena observarlo ya que sus ojos eran como dos pozos de emociones azules. El baño estaba casi vacío, a decir verdad no nos importaba si había o no gente. Me tomó de la cintura y empujó a la pared, de inmediato supe lo que iba a pasar, no lo detuve, era como un éxtasis de placer, mi cuerpo clamaba el orgasmo que nunca había tenido.

Lo primero que hizo sin dudar, fue bajarme la tanga húmeda que cargaba y me penetró, no podía ver más que sus labios y sus ojos, él tenía puesta una máscara y eso lo hacía más excitante. Esa sensación de placer por ser un tipo completamente desconocido, extraño pero intrigante, me elevaba al punto de botar chorros por cada rincón de mi vagina que tocaba con su lengua, era algo tan delicioso, que hasta hizo que se me olvidara mi rol de «Ama».

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Ya con el placer al máximo, empezó a darme palmadas muy fuertes, me quitó lentamente la ropa y fue en ese momento que procedió a hacerme suya de verdad. Yo lo tocaba y lentamente le retiré prenda por prenda, pasé mi lengua por su pecho hasta bajar a su pene, le hice un masaje con mi lengua.

Mi experiencia como terapeuta sexual me sirvió para llevarlo al borde del orgasmo, escuchar sus gemidos me hacía delirar. Me hace subir y me hala el cabello para besar mi cuello de manera delicada y a su vez me penetraba tan fuerte y profundo que yo gritaba del placer.

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Tuvimos sexo aproximadamente por una hora, lo cierto es que éste hombre me sacó el primer orgasmo en mi vida, a los minutos nos vestimos nos dimos un beso, me agradeció, dijo que fue un placer haber tenido ese encuentro conmigo y se fue. Desde entonces, no he sabido nada de él, Me encantaría volver a verlo, por él me masturbo y es el causante de mis deseos más húmedos y deliciosos en la cama.

Ann_Ryuk

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