Confesiones SIN CENSURA
El tipper de siempre
Un día cualquiera a la hora de siempre, el show que aún no empieza y aparece ese tipper de siempre. El que hace que ella se sienta diferente.
Empieza el privado con un saludo y un ¿Cómo estás? Ella sin pensarlo lo empieza a seducir. Sabe lo que a él le gusta. El ama ver sus senos y, aunque la trasmisión y el show de ella es para todo el público, se centra en personas que se llaman “devotos”.
Él es uno de ellos, solo que él disfruta con todos de su cuerpo.
Ella empieza siempre mostrando sus senos con una sonrisa pícara y dulce a la vez, sabe que eso lo vuelve loco y a ella le encanta. Se desnuda lenta y sensualmente, él la disfruta como si fuera arte, ella ya excitada se desnuda. Él escribe sin pena un “me encanta” y esto hace que ella se excite de una manera que no lo hace con nadie más. Se inspira, se excita y le encanta, toca lentamente su cuerpo y luego llega a su vagina. Imagina que es él quien la toca, imagina como sus manos acarician su coño lentamente e imagina sus manos rosando su piel, su lengua que se pasea en todo su cuerpo.
Mientras se masturba, hay algo que la excita aún más, saber qué hace él mientras la observa. Él le asoma un
–Estoy duro para ti, me toco mientras tú lo haces-.
Ella siente como todo su cuerpo se llena de emoción y desea, aún más, que sean sus manos que la tocan.
Una sola de sus frases hacen que su cuerpo se descontrole y ella olvide todo a su alrededor. Los gemidos emanan de su boca y “los me encanta” he “imagino que tú me tocas” le acompañan. Él se excita y se lo dice. Y así no lo diga, ella siente ese momento.
Casi llegando al clímax, a ese momento perfecto, ella solo puede imaginar que él la penetra con pasión, con la fuerza de un hombre poderoso, se sacude con la imagen del vaivén de ese hombre. Se deja llevar, su respiración se agita, siente como su cuerpo se tensa ante el prominente clímax que se asoma y la aborda cada vez más, siente como él se viene dentro de ella y se ambos se desbordan en un orgasmo compartido en la distancia, un momento que se transformó en algo eterno.
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Molly
