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Mi camino hacia la libertad: cómo pasé del maltrato a ser una mujer con valor

Maltrato

#Amor a la webcam #No al Acoso Social

Mi camino hacia la libertad: cómo pasé del maltrato a ser una mujer con valor

Soy modelo webcam desde hace muchos años, no tengo el nivel de top, pero me ha ido bien. La verdad debo aceptar que sin mi trabajo estaría perdida, tener ésta profesión me ayudó a escapar de la violencia de una mala relación, que ahora la califico como un desliz lleno de maltratos donde toqué fondo.

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A los pocos días de convivencia pasé del sueño de vivir con ese príncipe azul a estar con un sujeto que tenía relaciones sexuales conmigo de forma forzosa; me humillaba, se burlaba de mi precaria situación económica y las deudas de mi familia. Constantemente me decía  que mi trabajo como su mujer consistía en mantener sus cosas y la casa impecable. Se burlaba de mí irónicamente diciendo que ojalá su trabajo fuera tan fácil como el mío.

Llegamos a un punto en el que yo no podía decidir ni qué hacer con mi cuerpo, pero por temor a su reacción callaba. Entré en depresión y mis notas en la universidad bajaron, mi carrera se pospuso y no encontraba otro tipo de trabajo. Cada peso que él me daba lo contabilizaba y luego me lo echaba en cara exigiendo que lo pagara con el doble de trabajo en casa.

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Cada día la situación era peor, yo sufría en silencio y no reaccionaba; mi familia nunca se dio cuenta de las humillaciones a las que estaba siendo sometida, porque nunca se los dije por vergüenza. Recuerdo que cuando me fui de la casa de mi madre creía que podía ser feliz y terminar mi carrera universitaria, pero no.

Constantemente me cobraba con humillaciones cada peso y cada plato de comida que me daba. Él decidía que ropa debía ponerme, como peinarme, que zapatos y maquillaje usar. Espiaba mi historial de Internet y se burlaba de los vídeos que yo veía diciendo que obvio que era una tarada por las cosas que me gustaban. Cada día me aplicaba maltrato psicológico diciéndome era fea, incompetente y que mis compañeros de estudio eran muy superiores a mí, que nunca sería nadie en la vida y hasta me chequeaba llamando a mis amigas de universidad para saber si realmente iba a clases.

Yo pensaba que podía transmitir mientras él estaba fuera de casa, pero me equivoqué en eso también, pues era muy demandante con los oficios del hogar. Yo trataba de hacer todo rápido para poder trabajar frente a cámara, pero cuando terminaba con la casa ya era hora de que él regresara.

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A veces pensaba en decirle que yo era modelo webcam, para que me diera espacio de trabajar en lo que me gusta, pero luego recordaba su maltrato y suponía que si se lo decía me humillaría, por lo que no quería imaginar cuál sería su reacción si se daba cuenta de la forma como yo me ganaba la vida. 

A las semanas alguien de la universidad me vio en cámara y el rumor de que yo era una «prostituta virtual» se corrió y se me salió de las manos. Por un momento decidí no volver a trabajar como webcam por miedo a que esos rumores se confirmaran y en mi desesperación pasé a depender completamente de él.

Empezó a llevarme a su trabajo porque le parecía que “yo era una perezosa que no hacía nada y que en su trabajo me pondría a hacer algo por que estaba cansado de mi incompetencia como ama de casa”. Vivía comparándome con su madre y decía que ella era mucho mejor con los oficios y que él merecía una mujer mejor.

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Llegué al punto de estar escondida de su familia porque decía que se avergonzaba de mí, que la mujer de su hermano era una rubia de ojos azules muy hermosa, que tenía un cuerpo lindo y yo en cambio era una mujer sin senos ni nalgas que solo le robaba la plata.

Un día luego de muchas humillaciones y de insistir en que necesitaba una mujer linda y adinerada, fue a casa de su mamá que estaba enferma y yo pude volver a trabajar. En ese punto no me importó que alguien de mi universidad me viera, había pasado por tantos maltratos que quería salir de allí, pues nunca desnuda en cámara alguien me había lastimado tanto como él. Volví a tener dinero para mí y mi madre, sin que nadie me hiciera un reclamo.

Un mes después mi «marido» regresó, me vio tan bien acomodada que me preguntó de dónde sacaba plata y orgullosa le dije que estaba trabajando y que me alcanzaba para mí y para darle a mi madre. Él me respondió que yo era una estúpida que nunca sería nadie. Me exigió que le devolviera el dinero que había invertido en mí y el que según yo le robaba ya que había sido muy generoso y yo una malagradecida. 

Luego de tantas humillaciones, golpes, maltratos, logré liberarme; algo en mí despertó decidida a no continuar en esa situación. Actualmente sigo trabajando como modelo, me mantengo por mis propios medios y soy feliz emprendiendo una nueva etapa de mi vida libre de vejaciones. Él por su parte sigue buscando la mujer “perfecta” que dice merecer.

Ahora estoy enamorada de un muchacho que estudia en mi universidad y me gustaría tener algo con él, pero la vida es una lucha y trato de lidiar con el dilema de contarle sobre mi profesión, pues la experiencia que viví me ha hecho querer encontrar a una persona que realmente me valore y me ame tal y como yo me amo ahora.

Estrellita

Queremos recordarte que si eres víctima del maltrato físico o psicológico, puedes comunicarte con las autoridades a través de la línea 155, que brinda orientación gratuita para mujeres víctimas de la violencia, en temas como rutas de denuncia, derechos, atención jurídica y salud frente a la violencia de género. Esta línea es operada agentes de la Policía Nacional capacitados en este tema, los cuales te brindarán las herramientas necesarias para acabar con el abuso del que puedas ser objeto.

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