Anal por primera vez

Soy una modelo joven, tengo 23 años de edad, por lo que mi trayectoria en la webcam es corta. Me gusta jugar con mi cuerpo, darme placer sin importar lo que use y eso me ha traído buenas ganancias.

La tentadora cena donde me comí a mi primo

Siempre fui homosexual, lo he sido abiertamente desde los 17 años.

Pensar en sexo anal para mí era muy lejano, no pasaba por mi mente siquiera intentarlo, sin embargo, nunca es tarde para experimentar cosas nuevas. Mi primera vez anal fue durante un show por un usuario que me insistió y convenció para que lo hiciera.

Me hizo una tentadora oferta que no pude rechazar, así que me atreví y lo hice. Esta es la historia de ese encuentro:

Mi día y mi show había comenzado como cualquier otro, saludando a mis usuarios, jugueteando con mi cuerpo, coqueteando con la cámara. Hasta que al rato, apareció un usuario, de esos de color que todas sabemos que tiene dinero en el bolsillo y me emocioné. Jugaba aún más, hacía gestos sexys para alimentar ese sentimiento de caza en mis usuarios.

Entonces pasó, ese usuario al que le pondré como nombre «Lucky», me invitó a jugar a solas, me decía cuán hermoso era mi trasero, lo redondo y magnífico que lucía ante el reflejo de la luz y eso me llevaba a pasar mis manos sobre mis nalgas, a mostrarle un poco más mis glúteos vírgenes. Él mientras tanto, se excitaba más y más, hasta que me preguntó sobre esa virginidad. Y me dijo «quiero ser el primero en cavar profundo en ese lindo trasero, quiero ver tu ano, quiero que juegues con él y te va a gustar.

Yo excitada por aquellas palabras y la promesa del gusto, decidí, luego de tanto tiempo aventurarme en mi culo. Comencé con un dildo de tamaño normal para que poco a poco me adaptara a la sensación, coloque lubricante sobre él, haciendo movimientos sensuales para seducir a Lucky; notaba como se emocionaba cada vez más viendo como dilataba mi culito.

Al principio fue muy doloroso, sentía que no podría penetrarme, pero él me animaba a continuar cada vez más. «Qué rico tu culo, quiero ver como disfrutas ese dildo, quiero que imagines que es mi pene entrando en tí, llenándote de mi leche, decía y de a poco, pasé del dolor a lo placentero, estaba muy mojada y excitada, a él le gustaba mi cara de satisfacción, y a mí me encataba esa forma de dirigirme.

Terminé mi show y el contento porque lo había complacido, porque mi última virginidad había sido de él y yo, quedé con un gusto exquisito por galopar con mi culo, tanto que ahora lo hago cuando me lo piden sin problema, incluso de manera espontánea, me gusta esa sensación de mi culito apretado con un dildo entrando y saliendo.

Este usuario había pagado muy bien por eso, así que pensé ¿por qué no hacerlo otra vez?

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Megan