La tentadora cena donde me comí a mi primo

Siempre fui homosexual, lo he sido abiertamente desde los 17 años. Y la verdad es que la historia que estoy a punto de contarles les encenderá tanto como a mí, que de solo pensarlo me excito. 

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empecé a desear penes grandes, voluminosos que, aunque me gustaban, ahora se me apetecían con mayor avidez.

Esta confesión comienza conmigo diciéndoles lo mucho que me gusta mi primo. Siempre lo hizo y, aunque hablábamos de nuestras experiencias sexuales y había cierta tensión entre nosotros, siempre pensé que era normal porque él se sentía intimidado por mis experiencias con otros hombres porque él no era gay. La cosa es que, como dice el dicho «entre primo y primo más me arrimo«, esto fue lo que sucedió una navidad.  

Era 24 de diciembre y como es costumbre nos reunimos en familia a un rica cena, y la verdad qué cena tan exquisita la que yo iba a tener. Mientras estaba sentado, comiendo tranquilamente sentí que unos pies tocaban mi entrepierna, y decidí iniciar un juego de miradas, era él. Al principio, sentí algo de presión porque que pensé que todos en la familia estaban notando lo que sucedía entre los dos. Después de jugar un rato, y bastante excitado a decir verdad, recibí un mensaje en WhatsApp, literalmente decía “¿Se va a pegar un rato o qué?». Mi libido aumentó enormemente justo en ese momento, puesto que nunca imaginé que él me daría “el lado” como decimos los gays.

Me levanté efusivamente con la excusa de que me sentía indispuesto y debía «descansar» y así me dirigí al baño, y me encerré esperando que él tocara la puerta, después de un rato la puerta sonó y abrí de inmediato.

La experiencia fue bastante placentera, él había entrado a dominarme y yo amo que me dominen. Decidió ponerme a mamar su miembro que se erguía frente a mi como una cúspide de placer. Empujaba su pene fuerte dentro de mi garganta, amaba ver mi cara cuando me quedaba sin aire, tanto así que duré haciéndole un oral con garganta profunda durante unos 20 minutos. Lamía, besaba chupaba y relamía aquel gran pene, como helado que no quieres que se acabe. La adrenalina corría en mis venas, temía que nos descubriera algún familiar, pero amaba aquel pene. Nunca había sentido algo así, el tiempo pasó en un santiamén, algunas cachetadas con su verga y su mano le daban el toque de sensualidad y excitación al momento.

Después de un rato me dijo «pónete en 4 que te quiero preñar perra» lo cual me encendió. Quería que me tomara como perro en celo, y fue así que decidí ponerme en 4 tal como él había ordenado. Metió su verga sin ningún tipo de lubricación, lo más excitante era no poder gemir duro para que la familia no notara que algo raro estaba sucediendo en el baño. Me arañó la espalda, me daba nalgadas y me halaba el pelo, en ocasiones no podía controlar los gemidos debido a la fuerza de sus embestidas.  Él tapaba mi boca diciéndome al oído «Shh perra, ¿de que te quejás? ¿No querías verga? Eso es lo que te estoy dando». Sentía cada embestida con una excitación increíble, no sé si producto de su manera de follar porque en realidad me folló muy rico o producto del temor a que fuéramos descubiertos. Finalmente y sin darme cuenta sentí un éxtasis que nunca había sentido, decidí mirar hacia abajo y noté que me había corrido sin siquiera tocarme lo cual era bastante extraño; nunca me había sucedido.

Me folló aproximadamente unos 10 minutos más hasta que empezó a gemirme al oído diciendo «te voy a preñar» después de eso sentí como su semen invadía mi cuerpo, la sacó muy rápido y me dijo «Coma callado que después le doy más», se arregló y salió del baño, después de eso me excité nuevamente y me pajeé una vez más.

Lo más gracioso de todo fue ver la cara de mi tía al verme que estaba muy rojo y me dijo «Ay usted está muy enfermo», así que me dio un montón de aromáticas para que «se me bajara la fiebre».

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Estaba en un momento a solas conmigo misma y mi cuerpo se empezó a estremecer con deseos locos.

Debo confesar también que, tiempo después aún me lo sigo follando a escondidas, y me folla igual o incluso mejor que el primer día, aunque ahora ya tiene novia, pero siempre dice que su novia no le da culo como le puedo dar yo.

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Sevann

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