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Un hombre que sólo quiere hacerlo rudo

Confesiones SIN CENSURA

Un hombre que sólo quiere hacerlo rudo

Tres meses conociendo al hombre que según yo, era el amor de mi vida, fueron suficientes para vivir un martirio. Todo empezó en un bar de Bogotá, me encantaba frecuentarlo por la música. De la nada se acerca a mí, un hombre de cabello largo, sólo tenía 23 años de edad, me invita un trago, acepto ¿A quién no le gusta embriagarse a costa de otro? Me pregunto en la mente.

La noche se fue entre conversaciones, tragos y miradas, eso me encantaba. Intercambiamos números de teléfono. Desde entonces, todos los días nos escribíamos, hablábamos de todo, nos empezamos a conocer un poco más. Así pasaron tres meses, luego nos hicimos novios, pasaron tres meses más. Decidimos terminar, la verdad, me dejó un trago amargo, yo quería seguir con él. En ese tiempo, nunca tuvimos relaciones sexuales.

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Después de un mes terminados, él me busca; volvimos a escribirnos. Una noche la conversación se tornó caliente, empezamos a enviarnos fotos y videos eróticos. Me encantaba la idea de estar con él. Justo en ese momento me propone vernos para tener sexo, yo obviamente acepto.

sexo rudo

Al día siguiente, se dio el gran encuentro, para mí, una experiencia mágica e inolvidable.  A él le encanta el hacerlo rudo y a mí el sadomasoquismo, así que era la combinación perfecta para nuestros encuentros sexuales.

De la nada, me dice que tiene una novia, me propuso sólo vernos para tener sexo duro, yo no quería aceptar, pero por estar enamorada, lo hice. Le he insistido para que la deje y volvamos, pero él se rehúsa. La verdad extraño ese tiempo completo para mí, no lo quiero compartir. Cuando quiere sexo me envuelve y yo caigo así quiera ser firme.

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Hemos tenido varias peleas fuertes, peleas que aparentan ser el fin de todo, pero siempre se sale con la suya y obtiene lo que quiere. Tanto que, un día llegó de madrugada a mi casa, estaban mis padres y quería entrar, según él para hablar seriamente conmigo. Como pude hice que entrara a mi cuarto a escondidas, pues mis padres estaban en el cuarto de al lado.

sexo rudo

El muy astuto no quería hablar, quería sexo rudo y en silencio, yo me negué, pero como siempre, me manipuló y logró su objetivo. Tiramos varias cobijas en el piso y me tapó la boca con un pañuelo, con caricias, logró excitarme. En ese encuentro no hubo besos. Me penetra suavemente, luego su compasión desapareció, decidió hacerlo rudo y alocado. Esa adrenalina de que nos podían descubrir, nos excitaba aún más, nuestros cuerpos sudados y la pasión que desbordamos, es una cosa que no se puede dejar de hacer.

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Desde entonces, Nicolás viene cada 3 días a mi casa en la madrugada y tenemos estos encuentros sexuales sin que mis padres se den cuenta y sin que su novia se entere. Hace poco él me confesó que lo que no lo dejaba separase de mí y de mi cuerpo es que le excitaba saber que soy modelo webcam. El hecho de que nadie más me podía tener en esa forma como lo hacia él, que mis espectadores solo fantaseaban conmigo y que él si podía tenerme, era lo que más le gustaba de no dejarme ir.

Katylica

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