Confesiones SIN CENSURA
Sexo en la calle después de una noche de copas
Una noche de sábado, mi novio, unos amigos y yo salimos de rumba, la pasamos rico; baile, traguito, besitos van y vienen y mi novio se fue calentando.
Yo sentía como su pene se colocaba duro y en mi vagina sentía unas cosquillas deliciosas, sentía tanto deseo de estar con él en ese momento que no podía controlar.
Sexo en la calle:
Cerraron la discoteca, nos despedimos de nuestros amigos y nos fuimos caminando solos, abrazándonos, besándonos; el deseo me poseía, no podía controlarlo, no podía esperar llegar a casa, entonces llegamos a una esquina donde había una casa, las personas que vivían allí ya estaban durmiendo, la calle estaba muy oscura, nos sentamos en el andén y empezamos a besarnos descontroladamente.
Él tocaba mis senos, después subió la blusa para que quedaran desnudos, sentía el aire frío de la madrugada rozar mi piel y el deseo crecía más.
Metí mi mano por dentro de su pantalón, sentía su pene tan duro, delicioso.
Él bajó su mano hacia mi pantalón, lo desabrochó, bajó el cierre y metió su mano hasta que sus dedos llegaron a mi vagina, sentía como me mojaba y el placer crecía.
Cuando estábamos en el toqueteo oímos un ruido en la casa, como que alguien se levantó, pero esto en vez de asustarnos y parar, sirvió fue para avivar más la llama, creo que el peligro de que alguien nos pudiera ver nos daba más placer.
Saqué su pene y le hice sexo oral, con mi lengua rozaba su glande hasta llegar a sus testículos, lo chupaba mirándole fijamente a los ojos y lo veía estremecer, sentía como lo disfrutaba.
Él me tomó de los brazos y me puso de pie, me colocó contra la pared, bajó mi pantalón y empezó a penetrarme tan duro y rápido que sus testículos golpeaban mis nalgas.
En ese momento puso su mano en mi boca para que mis gemidos no despertaran a los habitantes de la casa.
Me penetró una y otra vez hasta que no aguante más y me vine al igual que él. Me echó todo su semen en mi nalga y fue increíble.
Esta experiencia ha sido una de las mejores porque descubrí que el peligro de que alguien me pueda ver teniendo sexo me da mucho más placer y excitación.