Confesiones SIN CENSURA
Mi primera vez con un chileno
La teoría de “estatura baja, miembro corto, estatura alta, miembro largo”, ¿la conocen?
Teoría científica inventada por una mente desocupada como la mía, con ausencia de toda rigurosidad probada e irrefutable, pero eso sí, experiencia práctica pura y dura.
Compartiendo mi bisexualidad a flor de piel
Era una teoría que postulaba una correlación entre el miembro masculino y su estatura promedio en altitud (aclaro). Teoría al menos en la praxis, comprobada en Colombia.
Pese a que ello no es un factor relevante a la hora de seleccionar al “elegido”, es de resaltar, que, la curiosidad entre tamaños, culturas, mezclas de razas, colores y formas es una peculiaridad bastante interesante.
Experimentando con un chileno:
Decidida a aliviar mis ansiedades de conocimiento y dispuesta a ponerlo en práctica por amor a la ciencia, conocí un chico Chileno. Era de estatura baja, barba ordenada, cabello lacio negro, todo un semental.
Vivía en un lugar oscuro, húmedo que parecía más un albergue para damnificados que, el hogar de alguien. Los hongos en las paredes de vez en cuando se resistían a irse y la lluvia como si fuese fierro atravesaba las tejas inundando ligeramente aquella casa. ¿Lugar ideal para un primer polvo con un extranjero? Mmm… no. Pero afortunadamente entre mis fantasías siempre estuvo presente lo “sucio” y “ordinario”. Y por otro lado, tampoco fue el lugar “elegido”.
Tuvo la ingeniosa idea de “hacer algo distinto” para elevarme a los confines del placer y recostarme en el atardecer de color del fuego que desaparecía entre esas arenas movedizas. Era una playa nudista.
Observamos familias, padres e hijos reconfortados en su piel, en el color de su desnudez. Sin prejuicios. A nadie le importaba si estaba flaco o tenía unos kilitos de más. Nadie tenía miedo de ser violado o ultrajado. Todos parecían muy cómodos y felices. Desprenderse de las ropas carceleras. Por supuesto, no era una playa para hacer videos porno o exhibir ante esas familias tan abiertas de mente, el maravilloso mundo de la copulación. Solo era una playa, pero nudista.
Fue entonces que, sin mediar palabra, Dani dijo:
“Creo que nos están observando mucho porque traemos ropa puesta y ellos no. Desnudémonos”, me insinúo.
Mis mejillas se pusieron coloradas. Dani sacó su camisa, bajó su pantalón y sacó su boxer. Quedé impactada, literalmente, impactada. Si su miembro no erecto era una mini anaconda, su miembro erecto sería… ¿Una madre anaconda?
Wow. Desmitificada mi teoría. ¿Cómo siendo tan chico de estatura podría ser tan generosa la biología con él?
Tímidamente fui sacando mis prendas y creo hizo el mismo gesto que yo, pero con mis delanteras.
Nos recostamos un rato en la toalla y dejamos que el aire acariciara la piel desnuda y por supuesto, la áspera arena se introdujera hasta los rincones más innombrables.
Entre incómodo, placentero y divertido. Me tomó de la mano y me llevó a una especie de “cueva” en la playa. Soy una mujer de riendas tomar y pienso que la vida es corta para desperdiciarla en la etapa de la “conquista”. Así que, anhelaba sentir ese semental dentro y fuera de mí.
Por supuesto, no decepcionó. Sus besos transportaban, sus manos gigantes me apretaban contra su pecho desnudo y su miembro erecto, crecía y crecía sin fin. Sentirlo era como trasladarse a Esparta y follar con los 300 guerreros de Leónidas que ni los éforos consultando el Oráculo, podrían haber predecido. Exagero. Sí. Pero confieso que mi teoría se fue al carajo y se hundió en el titanic.
Pronto lo continué comprobando con más sujetos experimentales.
Autor: Ácrata