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Cómo jugar por detrás se convirtió en mi adicción

Por detrás

Confesiones SIN CENSURA

Cómo jugar por detrás se convirtió en mi adicción

Mi nombre es Daniela, tengo poco tiempo como modelo webcam, en el corto recorrido me he encontrado a mí misma, he aprendido a dejar el pudor, los temores y las inseguridades a un lado, pues descubrí que nada de eso me servía, sino que me detenía. He aprendido a ver las cosas de manera diferente y a mi favor.

Desde mi primer día de transmisión, hubo algo que mis visitantes siempre pedían: que usara el dildo en la “puerta trasera”. Siempre evadía los comentarios y peticiones, o simplemente me negaba a realizarlo. Siempre pensaba, me va a doler

Un día un usuario me llevó a un privado, se demoró conmigo una hora, cuando finalmente culminó la conversación yo ya estaba excitada. Me dice que quiere que le cumpla una fantasía, yo en ese momento me encontraba dispuesta a complacerle, hasta que me dijo: quiero que te lo metas por detrás, sé que aún eres virgen allí y deseo ver como dejas de serlo teniéndome de espectador. Quiero ver y sentir el éxtasis de la belleza de esa zona tan protegida por ti, sé que te tomará tiempo y aquí estaré mirando mientras poco a poco te excitas para lograrlo. Tranquila, tendré paciencia.

  

Me negué, veía aquel dildo de borde redondeado y cónico erigirse por sobre el resto de mis juguetes y me negaba a hacerlo, pero dentro de mí estaba ese pensamiento de que tarde o temprano el día llegaría y al fin sentiría ese sabor del clímax por estímulo del ano. El insistió, y provocada por sus palabras decidí que era momento de dejar el temor e intentarlo.

Tomé aquel juguete aún sin estrenar de la caja donde se encontraba, un espacio entre el computador y yo. Al llevarlo hacia mí me propuse acariciarlo y llenarlo de lubricante. En ese momento ya imaginaba a ese hombre de la pantalla tomándome por detrás. Teniendo mi juguete listo y con deseos aún más crecientes por meterlo en mí, me dispuse a tomar por unos segundos el Hitachi, me masturbé con su vibración hasta sentirme a punto de explotar e introduje el dildo en mi ano.

Aquella sensación que comenzó en mi interior, se esparció rápidamente por el resto de mi cuerpo; la energía fluía torrencialmente de mí. Era el clímax que había llegado para darme la mejor “primera vez” de mi vida.

Había olvidado al usuario, el entorno, el tiempo y el mundo. Sabía que él estaba encantado, se había estado masturbando desde que había iniciado mi jugueteo con aquel maravilloso accesorio. Me felicitó. Creo que si hubiera estado conmigo quizás me hubiera dado una nalgada y un “bien hecho” como recompensa.

Ahora mi trasero está en mi menú, se ha vuelto muy apetecido por mí, y mi dildo ahora es mi adicción, y aunque es el más pequeño, su potencial capacidad de darme placer es inigualable.

Daniela Lover Dream

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