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Mi primera vez con mi tía

Confesiones SIN CENSURA

Mi primera vez con mi tía

Crecí en una familia sumamente conservadora, vivíamos en un pequeño pueblo muy alejado de la ciudad. Por lo que, cuando quise seguir con mis estudios superiores tuve que mudarme a la ciudad para ingresar a la universidad. Una tía que tenía en la ciudad me acogió en su casa para apoyarme con mis estudios.

Recuerdo que la primera impresión que tuve de ella fue su belleza a pesar de su edad. En el transcurso de los días, me di cuenta de lo liberal y divertida que era mi tía, yo en cambio era una chica sumamente tímida y callada.

Mi tía se encargó de cambiar eso, me invitaba a salir y a veces bebíamos juntas. Tuvo que enseñarme, porque yo a mis 16 años no sabía hacer nada.

Pasar tanto tiempo juntas nos acercó bastante; solía desvestirse delante de mí, lo cual me parecía normal, en mi mente nunca estuvo la idea de estar con una mujer, pero todo empezó a cambiar cuando mi tía hacia cosas como ayudarme a acomodar mi ropa y sus pequeñas caricias hacían que sintiera cierto cosquilleo.

Un día mientras ella se duchaba, me pidió el favor de que le llevara una toalla y ahí fue cuando la vi por primera vez totalmente desnuda y juro que me encantó. Esos pezones oscuros en esa piel blanca y su menudo cuerpo despertaron mi morbo.

Esa noche busqué porno lésbico y fue la primera vez que sentí lo que era masturbarse. Ver dos mujeres haciéndolo hizo que mi vagina se humedeciera y palpitara tortuosamente.

Un sábado en la tarde mi tía y yo no salimos de casa porque llovía, estábamos muy aburridas y mi tía propuso hacer algo de comer y que tomáramos vino.

Estábamos un poco ebrias y empezamos hablar de cualquier cosa. Me preguntó:

¿Ya has perdido la virginidad?

Le respondí que no… me acarició la cara y me preguntó si me gustaría probar con una mujer, (antes de que terminara la frase yo ya estaba mojada) le contesté que no sabía, me temblaba todo.

Creo que entendió que yo lo deseaba por que empezó acariciarme los senos y me besó. Fue maravilloso ese beso, me tocaba y yo apenas podía poner mi mano sobre su cadera. Sentía miedo y deseo al mismo tiempo, me quitó la ropa y me dijo que me recostara en el sofá.

Se subió encima de mí, me lamió los senos y bajo hacia mi pelvis. En ese momento pensé mil cosas, tenía miedo, pero ganas también, se lo hice saber, hasta le pedí que paráramos, ella me dijo que abriera las piernas y que me tranquilizara.

Cuando sentí su húmeda lengua recorrer mi vagina, la sensación fue increíble, estaba muy excitada. Me lamió hasta hacerme venir. Quería corresponder a tanto placer, así que me atreví a quitarle la camisa y chuparle los senos. Luego le subí la falda y ella me ayudó quitándose los panties.

Supe que quería que yo la probara y así lo hice, lamí su coño hasta que su sabor inundó mi paladar.

Después de eso me hizo sentar delante de ella y me masturbó el clítoris hasta que nuevamente me vine.

Nos besamos como cierre, recuerdo que nos sentamos ahí en ropa interior y sonreíamos una a la otra como dos cómplices acabando de sellar un pacto. Los encuentros nunca han parado, aunque ya tengo esposo, es inevitable para mi mente pensar en lo que mi tía me hace sentir con su lengua.

Siempre que me masturbo pienso en ella. Es la única de mi familia que sabe que trabajo como modelo webcam, me apoya y me quiere un montón.

Te amo tía.

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Natalia

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