Confesiones SIN CENSURA
El excitante aroma de sus bragas
Estaba trabajando en un studio y me gustaba una tomboy que trabajaba allí, la llamaré Claudia. Se sentía la tensión entre nosotras. Ambas nos gustábamos, pero no nos atrevíamos a decirnos nada. Bastaban las miradas.
Un día Claudia dejó unas bragas en el room. La curiosidad hizo de la suyas y decidí cogerlas, las comencé a oler y a lamer.
¡Sus bragas aún tenían restos de sus fluidos y eso me excitó demasiado!
Comencé a masturbarme, me las restregaba en mi vagina mientras la imaginaba a ella. Imaginaba que hacíamos el amor.
Tanta fue la excitación que, pude llegar a un rico orgasmo pensando en ese transgénero que me llenaba de suspiros e inspiración todos los días.
Algo así nunca me había pasado con otra chica en la vida y nunca le había olido las bragas a nadie, fue mi primera vez y fue la experiencia más excitante que he tenido en este mundo.
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