Confesiones SIN CENSURA
Una vagina picante
Me encontraba en una cena romántica en la casa de un chico en México. La comida tenía demasiado chile, estaba picante, era un sabor extraño para mí. Yo soy colombiana, pero aun así, encontraba deliciosa la comida.
Más tarde, nos sentamos a ver las estrellas en la parte alta de su casa. Empezó a recorrer con su mano mi hombro y espalda; era suave, mi vestido caía poco a poco hasta que quedé en pantys y mi cuerpo, sometido al flujo de la brisa comenzaba a temblar.
Él se quedó contemplando mi cuerpo; ojos pardo, cabello rojo, piel blanca, senos del tamaño y la longitud perfecta, sin evitar ver mis duros y pequeños pezones rosados, una cintura delgada y un trasero del mejor tamaño naturalmente posible; finalmente, largas y suaves piernas.
Besó mi cuello dándole algo de calor a la noche y puso su lengua en mis pezones.
Empecé a masturbar mi sexo; salté encima de él y dañé los botones de su camisa, mientras quitaba eufóricamente la correa de su pantalón, sentía su musculoso y fuerte torso acompañado de su espalda, mojaba su pecho con mi boca… al llegar a su erección lo rocé suavemente con mis labios. Él tomó de mi cabello llevándolo a las profundidades de mi garganta velozmente, pero quería disfrutar de esto un poco más, así que lo acaricié muy suave mientras besaba sus pies. Gimió y no lo puedo creer, le fascinaba; pasaba mi lengua a lo largo y ancho y recorría cada espacio con mi lengua y mis labios…
Más tarde, bajó a mi sexo y al introducir su lengua… ¡PICANTE, PICANTE!
Tuve que bajar de la terraza hasta la nevera para conseguir hielo. Fue demasiado loco, al instante ya no estaba caliente si no, ardiendo.
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ShashaBlue