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De la fantasía al éxtasis del orgasmo entre chicas

Ella

Confesiones SIN CENSURA

De la fantasía al éxtasis del orgasmo entre chicas

Son las dos de la mañana, terminamos el turno de conexión en la página y estamos listas para relajarnos; decidimos tomarnos unos tragos en el cuarto ya con las cámaras apagadas. Ella está hermosa y me encanta verla vestida así, quizás por eso siempre lleva su minifalda color negro que le llega hasta la parte alta de sus piernas, acompañada del escote que deja descubrir sus pechos altos y marcados por la redondez de su contextura suave, perfecta, como si siempre estuvieran excitados.

Nunca sucede nada entre nosotros, somos amigas, aunque ella siempre se interesa por mis aventuras, noviazgos, escucha atentamente mis relatos, le gusta especialmente aquellos que describen mis encuentros siempre ardientes y que terminan en la cama.

El silencio reinaba en el momento, ella sentada a un extremo de la cama y yo al otro. Rompimos la tensión cuando comenzamos a conversar, quizás por los tragos o tal vez, por aquel deseo reprimido que existía desde hace mucho tiempo, nos sonrojamos. Al verla cruzar las piernas, me excité inmediatamente.

Sus pechos insinuados por el pequeño escote que deja entrever el talle de su fino cuerpo, son el motivo del comentario que causa entre nosotros escozor. Veo como su rostro enrojece y alcanzo a percibir la pequeña punta de su pecho cuando se erecta, puntiaguda, hermosa, invitando a que la bese, a que la lama suavemente, que ya sin quererlo mi boca se hace agua. Me mira y me propone que le cuente una de esas historias de mis amoríos, comienzo y le narro:

Me encuentro sola en mi cuarto con dos chicas del primer semestre de universidad, Luisa y Laura, 18 y 19 años de edad. Luisa es esbelta, no alta, tampoco baja, ni delgada ni con exceso de peso, es de buen cuerpo, tiene el tono perfecto; senos grandes, puntiagudos, redondos, esculturales y piernas gruesas deportivas, bien bronceadas y un trasero que se pronuncia enormemente, hermoso como un melocotón, es morena.

Show

Laura es un poco más alta, espigada, rubia, ojos pardos, mirada de gata y unos labios rojizos provocativos como una fresa, sensuales y siempre insinuantes, como diciendo: “tómalos”.

Se toman de la mano y cuando yo menos lo espero se abalanzan sobre mí, comienzan a besarse mientras me acarician, me excito y les propongo que lo hagan. Ellas sin dudar se desnudan, se miran atentamente la una a la otra, fulminadas por la belleza que se presenta frente a sus ojos, por mí parte las observo y sin perder detalle, me acaricio entre las piernas y me voy poniendo frenética por la excitación.

Mi amiga escucha la historia y se excita, mirándome comienza a acariciar su pubis; abriendo sus piernas se acaricia lenta y suavemente, mientras pide secretamente a sus manos que se deslicen como una sombra para que la llenen de placer. Intento tocarla pero me aleja, sólo quiere escuchar, así que, siguiendo sus deseos continúo la historia.

Luisa comienza a besar los senos de Laura, primero juega con la punta de su lengua, luego apasionadamente la lame como a una cereza. Laura se retuerce de placer, ella misma acaricia sus senos, los coge entre sus manos fuertes, pellizca sus pezones y sus labios rojos, que entreabiertos por la excitación comienzan a pedir más. Hábilmente Luisa recorre cada parte del cuerpo de Laura con su lengua, prueba sus senos, su cuello y besa sus ardientes labios mojados, les pasa la lengua; vuelve otra vez a sus pechos cuando baja lentamente hasta su abdomen desnudo. Tiembla de pasión. Laura toma las caricias con gran satisfacción, abraza a su amante fuertemente y aprieta sus pezones mientras con su lengua lame ardorosamente los labios de su compañera.

Laura besa el pubis de su amiga, lo mordisquea jugueteando lentamente, lo lame como si fuera de cristal. Pasa su lengua de arriba hacia abajo entre aquellos labios carnosos, color carmesí, preciosos por lo húmedos que se encuentran y con la punta de su nariz toca su clítoris, luego su lengua suavemente, prueba el manjar de esa pequeña voluptuosidad. Luisa se estremece, grita de placer, y ahí su boca abierta expresa el deseo de querer más.

Laura ya no es tan suave, la besa fuertemente, la lame y mete su lengua con fuerza y Luisa pide con gritos desenfrenados, que le meta el dedo, los dedos, ¡quiere que la masturbe! Laura besa su clítoris, la lame desesperadamente y ahora cumple su deseo, le mete el dedo, la masturba… sigue con todos sus dedos.

Al escuchar éstas palabras mí amiga también acaricia su pubis, introduce su dedo lenta y minuciosamente, disfrutando cada milímetro de su piel carnosa, la yema, su falange. Lo humedece con la saliva de su boca, juega con sus labios y su lengua rojiza por la excitación. Se excita hasta tal punto que ahora se despoja de su ropa, desgarra el escote que cubre sus senos; aquellas hermosas y redondas formas respingadas que responden a sus caricias cuando ella misma las prueba, lame y mordisquea, jugando con sus pezones mientras mete su lengua entre ellas y  con lo ardiente de su situación, la llevan a que gima y grite con ardorosa emoción.

En aquel desenfreno, sentada en él un extremo de la cama, se acuesta un poco y abre sus piernas ahora desnudas, mostrando su sexo, mientras pone de manifiesto sus rojas profundidades que no tarda en tomar. Juega con su clítoris, tocándolo pasionalmente con la punta de los dedos, mojados con su lengua y después sin pensarlo dos veces, los mete en su vagina fuertemente, alternando sus movimientos, unas veces un poco más rápido, y otras un poco más lento, mientras se moja cada vez más por la excitación creciente que le ofrece tan maravillosa magnanimidad.

Sube, baja, mete sus dedos, coge sus senos y los muerde estremeciéndose a punto de llegar es bellísimo verla excitada, gimiendo y acariciándose a sí misma, sin miedos… Extiende la mano y coge su Hitachi, está ardiendo…  escucho la vibración del motor mientras veo cómo convulsiona alcanzando un maravilloso orgasmo que la hace temblar…

Por EvaLuna

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