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Un placer por complacer

Confesiones SIN CENSURA

Un placer por complacer

Hace tiempo, uno de mis usuarios favoritos (porque está loco), me pedía que hiciera un show privado muy especial. Quería que ordenara algo a la tienda y recibiera a la persona que me los trajera completamente desnuda.

Anteriormente, ya había visto al chico de la tienda, bien parecido de unos 25 años y al parecer tenia novia. Yo no estaba para nada segura de hacer eso hasta que por una buena cantidad de tokens, me decidí.

Llame a la tienda, ordene uvas, zanahorias y pepinos. Dejé la cámara abierta en Skype y esperé al chico del domicilio, me puse una toalla. Estaba sudando de los nervios y me temblaban un poco las piernas.

Me considero bastante tímida hasta que me dejo llevar, el chico tocó la puerta y abrí. Le pedí que me ayudara a poner las cosas en la mesa, tartamudeo un poco, pero accedió y me puse detrás de él y dejé caer la toalla.

Cuando se giró para salir me vio de arriba a abajo con una especie de sonrisa nerviosa plasmada en su rostro, lo besé y empezamos a tocarnos.

Le saqué la camisa mientras jugaba con mis grandes senos, me dijo «Eres una diosa», me reí y le pregunté si él haría lo que yo quisiera, a lo cual accedió. Bajé el cierre de su pantalón y toque su miembro bien dotado y erecto.

Podría jurar que palpitaba. A ese punto ya mis nervios habían cedido y lo estaba disfrutando. El chico, obviamente vio la cámara encendida y me pregunto si grababa, le respondí que sé pero que el vídeo no se filtraría, parecía tan excitado que decidió continuar.

Saqué de la bolsa el paquete de uvas, corte algunas y las introduje con facilidad dentro de mi vagina, la cual se derretía poco a poco de la emoción que me producía tan curiosa y arriesgada situación. Le ordené al chico que empezara a lamerme empezando por mi cuello y que bajara poco a poco hasta llegar a mi vagina. No lo dudó y empezó a deslizar su lengua por mi cuello.

Besó mis senos, los mordió un poco mientras los masajeaba con sus manos (sabía lo que hacía, debo admitirlo), mis piernas empezaban a temblar otra vez de la desesperación mientras leves gemidos se escapaban de mi garganta, hasta que, después de la espera alcanzó mi clítoris con su lengua, la paso de arriba hacia abajo saboreando mis fluidos, no soportaba tanto placer, moría de ganas de venirme, pero decidí aguantarme un poco.

Le dije que abriera la boca y que se comiera las uvas que tenía dentro de mi vagina, arrodillado respondió: 

«Sí, mi diosa»

Presioné un poco con los músculos de mi vagina y salió la primera uva, cayó en su boca, la masticó un poco y se la tragó. Le pregunté si le gustaba mientras él se deleitaba besando mi vagina.

Le encantaba, presioné otro poco y salió la segunda y también se la tragó enterita. Aquel chico era un perro fiel al cual podía manipular a mi antojo, aún quedaba una uva en mi vagina y le dije que la dejara en su boca, la expulsé y agarre su rostro, lo besé y nos comimos esa última uva entre los dos.

Admito que sabía bastante bien, le ordené que usara sus dedos y su lengua para complacerme, le dije que me vendría a chorros en su boca. El chico asintió con la cabeza y se dispuso a hacerlo, su lengua parecía escribir el abecedario en mi clítoris y sus dedos presionaban en el punto exacto de mi vagina.

Cada vez estaba más caliente, no lo soportaba, mi cabeza estaba en otro planeta.

Cerré los ojos y estallé. Ese orgasmo podría jurar que duró más de 15 segundos, fue bastante extraño y placentero.

Su cara quedo bañada por mis fluidos y yo satisfecha; se limpió con mi toalla, se dispuso a penetrarme, pero no se lo permití, no me gustaba lo suficiente como para permitirle introducir su miembro en mi vagina.

Pobre chico, en su rostro se notaba que daría su vida de ser necesario para hacerlo. Me reí y en efecto era un pobre y obediente perro fiel. Le ordené que se vistiera y se fuera y que, si abría su boca, publicaría el vídeo en Internet, lo cual para mí no era problema, él respondió:

«Relájate mujer, tengo novia».

Le pregunteé que si le había gustado y me dijo «Demasiado, sos una mamacita, quería más pero haré solo lo que tu órdenes». Me reí de aquel chico; era bastante sumiso, lo tenían bien amansado, le dije que también lo había disfrutado mientras se vestía. Se fue y ni siquiera tuve que pagar lo que compré, hablé con mi tipper y estaba anonadado, no lo podía creer, me dijo que estaba loca y que eso le encantaba.

Me despedí y me dispuse a darme un baño reflexionando acerca de lo sucedido. Lo tengo todo grabado y a veces me masturbo mientras lo veo. Es sencillamente un deleite.

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WL

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