Confesiones SIN CENSURA
Tarde de placer y erotismo puro
Estaba en casa de mis cuñados y al llegar sentí la mirada erótica de uno de ellos. El saludo fue más fuerte y más contundente, la mirada de él me hablaba de erotismo y seducción.
A pesar de que estaba la familia reunida, mis pensamientos vagaban en algo más que el compartir una tarde familiar.
Mi imaginación era más húmeda, al pasar de los minutos él me ofreció una copa de vino y yo sin dudarlo le respondí que sí.
En ese momento traté de insinuarle lo que sentía en esa tarde de humedad y deseos, mientras él se enfocaba en complacerme con detalles.
Tomada de Freepik
Horas después, pedí que colocara una música más sexy y él en su picardía de poseerme y delante de todos me respondió:
“Todo lo que pidas princesa”.
Sentía que el compartir se volvía más personal, era el éxtasis de la lujuria lo que nos invadía.
Yo estaba deseando con locura sus caricias en mi piel, sin importar que fuera mi cuñado..
Hubo un momento de la tarde en el que pedí el baño y él con disimulo me llevó. Cuando íbamos en camino me dijo:
“Te deseo poseer”. Yo por supuesto, respondí que el deseo era mutuo y nos dejamos llevar.
Sin pensarlo entré a su habitación, él me subió la falda y me dio un rico sexo oral. Sentía que estaba en el cielo. Luego me penetró y me llevó al orgasmo más deseado, fue un momento único.
La adrenalina de ese momento fluía como el agua entre mis piernas, haciéndome más deseosa de continuar sintiendo esa pasión. Me decía “eres mía solo mía”, mientras me penetraba con sus suaves y eróticos movimientos.
Aunque fue un día muy fuera de lo común, viví un grado de excitación y placer que nunca había experimentado.
