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Un mar de placer

Confesiones SIN CENSURA

Un mar de placer

Siempre había tenido la fantasía sexual de tener sexo con un hombre negro y siempre que me masturbaba, en las noches antes de ir a dormir, me gustaba ver porno donde hubiera un hombre negro.

«Los hombres negros me resultan muy varoniles».

Un día recibí un mensaje de Facebook, de un chico así que me invitó a salir y acepté.

Conversamos, nos reímos y se me hizo muy atractivo, fuimos a tomar vino y cuando yo quería que las cosas se subieran de tono, recibió una llamada y se fue.

No paré de pensar en él durante los siguientes días, la manera en que me miraba los labios, con ese deseo y luego de la nada se va. Qué cruel, pensé.

Después de algunos días, me volvió a contactar y esta vez me invitó a una fiesta. Me dijo que me podría quedar en su apartamento y yo le dije:

– Sí, está bien. Puedo dormir en el sofá, como soy bajita quepo en cualquier lado y me reí.

– No tengo sofá, pero si no te incomoda puedes dormir en mi cama, yo no te voy a hacer nada.

– ¿Cómo qué no? pensé. Al final le respondí con un «ok»

Siempre me acostumbré a que los hombres que se me acercaban me mostraran “el hambre”, pero él, aunque yo sabía que me quería devorar, no me lo demostraba y eso me fascinaba.

Tomada de Freepik

Llegó el día de la fiesta y me recogió en su moto. En el camino tocó mi mano y ahí supe que teníamos química.

Luego en la fiesta me llevó a un lugar donde pudimos hablar tranquilos.

En medio de la conversación guardé silencio y él me besó. Fue espectacular sentir sus carnosos labios y su lengua. Al terminar la fiesta, me llevó a su casa.

Yo no había llevado pijama y él me prestó algo de ropa. Me acosté a su lado, nos miramos y él me besó. Luego, sin pensarlo ya estaba encima de mí.

Sentí que su cuerpo temblaba, siguió besándome y me quitó la blusa. Comenzó a besarme el cuello, los senos y yo sentí que estallaba de placer.

¡Sentía un cosquilleo entre mis piernas y aún no había llegado a tocarme!

Fue bastante delicado los primeros minutos, pero luego se puso muy salvaje…  Como nadie lo había sido.

Tomada de Freepik

Me quitó el pantalón y luego mi panty, que por cierto ya estaba algo empapado. Luego con sus dedos pudo comprobar que mi vagina babeaba por él, así que se desnudó mientras me besaba.

Cuando me penetró pude sentir que su pene era enorme, lo cual me hizo sentir que mis oscuras fantasías se estaban haciendo realidad.

Empezó muy lento, sintiendo cada parte de su pene entrando y saliendo, y luego aumentó el ritmo, mientras ponía su gran mano alrededor de mi cuello.

A medida que me apretaba más me excitaba, hasta que de manera sorpresiva sentí que algo que salía de mí escurría entre mis muslos.

¡Jamás había llegado a ese punto de excitación!

Yo nunca había llegado a un squirt antes. Sentí vergüenza, pero se desvaneció cuando noté que eso le excitaba cada vez más.

Tomada de Freepik

Luego me giró y me acomodó al estilo perrito, me manipulaba como si fuera una muñeca, una muy liviana, lo percibía tan fuerte, que, aunque pensé que no era posible, me encendió aún más.

Me tomó del cabello, lo sujetó con fuerza, pero sin lastimarme y empezó a besarme la boca, el cuello, la espalda y luego me embistió, mis gemidos eran cada vez más fuertes.

No recuerdo haber gemido tanto antes, ni haber tenido tantos orgasmos seguidos.

Tomada de Freepik

De nuevo mientras me tenía en cuatro, sentí que salía agua de mí, y se escurría entre mis piernas, no lo podía evitar.

Sin pensarlo, me giró hacia él y me cargó sujetándome por debajo de las piernas, mientras me movía de arriba abajo.

Luego me acostó y siguió dándome placer, siempre me decía cosas al oído como:

«Uf qué delicia» o «qué rico se siente», «qué rico sentir como te penetro» y eso me calentaba muchísimo.

¡Jamás en mi vida había estado tan excitada!

Al final estaba en la posición del misionero, y volvió a sujetarme del cuello. Miré su rostro y noté que estaba por acabar, así que empecé a contraer mi vagina.

Tomada de Freepik

Sacó su gran pene y se corrió sobre mis senos y mi vientre.

Al final, se acostó rendido a mi lado, me miró y me volvió a dar un rico beso. Luego se levantó, fue al baño y volvió con pañitos húmedos y una copa de vino.

Al día siguiente me envió un mensaje diciendo:

«mi cama huele a ti».

Al principio sentí vergüenza, pues recuerdo que mojé casi toda su cama.

De todas las fantasías sexuales que he cumplido esta ha sido la mejor, sentir que mi placer era dominado por él, fue sin duda mi mejor experiencia sexual. Después de esto, lo repetimos muchas veces.

 

Autor: AryaSecret

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