Noche de estrellas, primos y sexo

Una noche de diciembre, días antes del nuevo año, mi familia estaba reunida para celebrar las fiestas en el municipio de Carolina del Príncipe. Estábamos en una finca alejada del pueblo.

Fantasea conmigo, no lo olvidarás

Justo ahora te pienso entrando a mi cuarto, acariciándonos, conociendo cada centímetro de nuestra piel

Una de las noches de nuestra estadía, todos los primos, hombres y mujeres, nos acostamos en unas colchas y cobijas afuera en el pasto a observar las estrellas, comer marshmallows y golosinas. Tres bolsas de papas después, pasado un tiempo, todos quedamos dormidos profundamente, pero yo, que también estaba dormida desperté con un sonido que venía cerca de las cabañas donde se encontraban los baños.

Era tan llamativo el sonido que me dio curiosidad saber qué era, una curiosidad que se combinaba con el miedo de pensar que alguien hubiera invadido la casa.

Camino lentamente y me oculto detrás de un arbusto que estaba allí. El ruido era cada vez más agitante, me ponía aún más nerviosa, cuando me subo a una silla y miro por los vidrios del baño veo una escena aún más impresionante y excitante de lo que imaginaba; era una prima junto a unos primos, se estaban tocando, ella les tomaba con las manos sus miembros, mientras los chicos le metían los dedos, cosa que me dio mucho morbo e inmediato me calentó y, no pude evitar ver qué sucedía.

Miraba aquella imagen sin quitar los ojos de encima, veía como lo hacían, como mi prima se agachaba y se bajaba los pantys, uno de mis primos estaba muy mojado, comenzó a metérselo y yo sentía que mi pussy se estaba humedeciendo bastante.

Comencé a tocarme mientras veía esa escena caliente donde mis primos eran los protagonistas, no podía creer lo mucho que me gustaba. Era como una de esas películas triple x de «Film Zone».

Cuando hubo un silencio, escuche que algo se movía entre los arbustos, y de pronto, sale enrollado en una cobija uno de mis tíos. Me sorprendió mucho verlo y me pregunta “¿Qué haces ahí? Ve a dormir”, pero… paso lo inesperado, los gemidos se hicieron más fuertes y él supuso lo que estaba sucediendo, echó un ojo por la ventana y, ni corto ni perezoso, empezó a tocarse la cremallera. Le dije que se veían muy bien follando mis dos primos y mi prima, que tenía muchas ganas de unirme a ellos.

Él (mi tío) sin dudarlo -recordando un pasado caliente que habíamos tenido- comenzó a tocarme y le respondí. Enseguida me metió los dedos en la vagina, los sacaba llenos de lubricación, se los chupaba y nuevamente repetía el proceso, chupar y meter, meter y chupar. Bajó sus pantalones y los míos y, al ver que estábamos haciendo mucho ruido nos metimos también al baño. Podrán imaginar que la reacción de mis primos era de sorpresa. Sin embargo, no estaban nada disgustados.

El sacerdote sucio

Él me dijo “Me encuentro muy bien gracias. Tienes la mirada inocente, una mirada distinta a las chicas de esta página”

No cruzamos palabra, solo nos miramos unidos en aquel ardiente acto que nos hizo llegar al orgasmo. Primero, nos vinimos las dos y luego los chicos junto a mi tío se vinieron encima de nosotras, en nuestros pechos que aún vibraban al compás del clímax. Era tan excitante aquel momento, que parecía que conformábamos una orgía en la que yo tocaba a mi prima mientras mis primos y tío nos follaban.

Fue un desenfreno total. Sentir que estábamos haciendo bien o mal fue una experiencia enriquecedora y excitante que quedará en secreto y que jamás olvidaré y, si hubiera una oportunidad de hacerlo nuevamente, lo haría sin pensarlo.

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Anhala Smith