Un fetiche que me hace explotar

Soy modelo desde hace algún tiempo, soy casada y debo confesar que desde que estoy en este medio, aprendí a conocerme y a saber cómo tener un delicioso y placentero orgasmo.

Todo comenzó en casa de mi suegra, ahí vivía, era una casa de tres pisos, en las noches me dedicaba al orden de la casa, mientras tanto mi esposo se sentaba a fumar cigarrillos en la terraza. Sin saber, que algo andaba mal, decidí subir a lavar la ropa y de manera silenciosa, me asomo para ver que estaba haciendo. Para mi sorpresa, mi esposo espiaba a la vecina y se masturbaba mientras la observaba. La verdad me encantó, sentí tanto deseo y excitación que no me dieron celos.

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Con el pasar de los días descubrí que mi esposo hacía muchas cosas a escondidas, yo en vez de sentir molestia, sentía cada vez más y más excitación por su fetiche. La forma en la que se paraba y sostenía su pene, su mirada cuando se masturbaba, eran imágenes que no quería borrar de mi mente, pues al recordarlas, yo también sentía el placer de los orgasmos.

Meses después, entendí que la situación era cada vez más fuerte y más excitante, quizás fuera de lo normal, pero placentero. Un día hicimos una fiesta en la casa, la mayoría de los invitados estaban borrachos, menos yo, que no tomo. En la sala estaba una pareja besándose y tocándose de una manera algo caliente para el lugar, me di cuenta que eso le estaba agradando a mi esposo por la forma en la que miraba con atención cada movimiento de este dúo. Él se fue a un cuarto que tiene una ventana que da a la sala, se paró frente a ella y empezó a masturbarse de tal manera que yo sentí ganas de hacerlo. Me mojé demasiado. 

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El morbo que tiene en cara al ver a otras personas, es lo que más placer me da. La última vez que sucedió algo a escondidas de mi, fue una noche que creía que yo estaba dormida, se salió por la ventana y desde el techo observaba a una pareja que estaba teniendo sexo en la casa de al lado. Al ver su cara no me contuve, salí corriendo y empecé a masturbarme. Fue demasiado delicioso. Hasta ahora él no se imagina que yo sé lo que hace, muchas veces he pensado en confrontarlo, pero luego pienso que si lo hago, dejaré de sentir ese placer que me da su cara de morbo al masturbarse por otros.

Cada vez que me masturbo, recuerdo su cara, como agarra su pene, y como se viene, es lo más rico que he visto y sentido. Creo que jamás le diré nada para seguir teniendo esos orgasmos tan deliciosos a costa de su fetiche.

 ValerySmith

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