Un «rapidito» que me llevó al mejor clímax de mi vida

Antes de ser modelo webcam, tuve mi primer «rapidito» y mejor sexo de todos en el trabajo. Para ese entonces formaba parte de una gran empresa, mis compañeros eran algo calientes y los temas de conversación siempre eran sobre sexo. Debo confesar que cada vez terminaba con una excitación que me hacía salir corriendo a masturbarme. 

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Un día como cualquier otro terminamos de comer y empezamos a hablar de sexo, todos éramos unos corrompidos. Por primera vez hablamos de posiciones, juegos y orales, hasta llegar al punto máximo de la excitación. Uno de los chicos presentes, al que llamaba «Rizos», ya lo había conocido en la cama, teníamos sexo de una manera espectacular. A mi lado estaba otro que era muy guapo, yo le gustaba; a él lo llamaba «Mono».  Estaba tan excitada que le envié a rizos una nota donde le decía que estaría en el baño por 15 minutos y que lo estaría esperando. Me dice que sí y al llegar al baño se negó, temía que nos descubrieran.

Me sentí indignada y me fui a mi puesto de trabajo con las ganas. De la nada me llega el mono con la nota que le di a rizos y con una sonrisa pícara me dice que saldría a las cuatro de la tarde y que me esperaba en el baño. Yo algo impactada pero aún más excitada, decidí arriesgarme.

Se acercó la hora, le dije a mi mejor amiga para que cuidara la puerta y ella accedió. Nos fuimos al segundo piso que siempre estaba solo y entramos. Lo primero que hice fue darle un largo beso a esos labios carnosos y deliciosos que tiene, provocaba arrancarlos. Le bajé el pantalón y tomé su pene para masturbarlo de la manera más rica que existe. Estaba erecto y era muy grande, mis ojos se iban a salir de la impresión. Tenía unos ojos color miel que hacían que me perdiera en ellos, el tipo tenía todo para derretirme.

Yo estaba tan mojada que decidí pasarle el condón, le dije que se sentara y me puse de espalda para que me penetrara. El jean no me dejaba abrir las piernas, así que decidí quitármelo para darle súper duro al estilo sentadillas… era muy cool. Nos paramos y me puso contra la pared, me daba con más fuerza y comencé a gemir, me tapa la boca y me da más duro. Yo no quería parar, me estaba enloqueciendo. En ese momento mi amiga me dice que se va, también estaba excitada y llamaría al novio.

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Para terminar me di vuelta, me senté y como tengo flexibilidad, me abrí y le dije: » toda tuya», ¡uff! Los dos sudábamos hasta que escuchamos voces, nos tiraron todo, hasta habíamos olvidado que estábamos en la empresa. Nos vestimos rápido y me dijo que le encantaba.

Al salir le dio las gracias a mi amiga por cuidar la puerta y decidimos faltar a clases para irnos a un privado donde rematamos. Al llegar nos duchamos, nos besamos bajo el agua y le hice un súper oral que me hacía sentir fuego y cosquilleo en mí cuerpo; nos metimos en la ducha, lo miré todo, lo toqué desde los pies hasta la cabeza y me hice encima. Pasamos a la cama e hicimos todas la posiciones posibles, bailamos juntos, jugamos y volvimos a empezar con buen sexo. A él le encantó que me fuera hacia atrás para darle un beso sin necesidad de pararme o sacar su miembro que estaba dentro de mí, mi flexibilidad me ayudó a sentir cosas que jamás había sentido. Desde entonces, en ocasiones pienso en él para masturbarme.

Enana

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